Y
sonrisas viertes.
Al compás
del canto fiel y silvestre.
Tu
cadencia atisbo que es muy sencilla.
Tu
mensaje beso que es maravilla.
Que transforma
en dulce lo que es agreste.
Y en
sencillas hierbas de la pradera.
Van tus
huellas tiernas de gran princesa.
Van
gemidos tuyos con la sorpresa.
De
sentir tu mundo en primavera.
Y
atraviesas cantos y continentes.
Con
nativo aroma que ya lo acoges.
Con
rocío nuevo que lo recoges.
Con
leyendas gratas que son fervientes.
Y
sonrisas viertes en las praderas.
Y
dibujas sueños en el paisaje.
Y en las
flores dejas un homenaje.
Con
sentido dulce en las esperas.
Y tu
canto brilla en lejanías.
Y
suspiras siempre felicidades.
Y
realizas sueños de mil edades.
Y ya
creas cielos con melodías.
Robert
Aníbal Sánchez Fajardo.
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