En tu lecho.

En tu lecho.

En tu lecho me piensas y me sumerges a tu misterio a tu aliento.
Siento tu cuerpo de hermosura plena mientras te deseo y beso.
Voy dibujando las caricias por tu piel, tu tez de azucena y cielo.
Y tu corazón atrapa todas las palabras que te dibujo en tu pecho.

Mientras la noche callada avanza tu amor me rodea con tus ansias.
Quiero estar siempre allí cerca de tu almohada mientras sueñas.
Me buscas en luna llena y extiendes tus cabellos con aroma de acacia.
Y alegre sonríes mientras te guardo en mi corazón como mi dueña.

Te acompañaré siempre allí en tu lecho para sentirte la mas bella.
Tu, mi mujer que me conquistaste un día con tu fervor de azucena.
Y recorres mis caminos mientras yo te rodeo de besos en tu tez serena.

En tu lecho escribiré siempre mis poemas para tu corazón bello.
Para tu cuerpo hermoso que se extiende por continentes risueños.
Para tus manos de seda, para tu sonrisa donde llevas mis versos.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

En tu lecho.

En tu lecho.

En tu lecho me piensas y me sumerges a tu misterio a tu aliento.
Siento tu cuerpo de hermosura plena mientras te deseo y beso.
Voy dibujando las caricias por tu piel, tu tez de azucena y cielo.
Y tu corazón atrapa todas las palabras que te dibujo en tu pecho.

Mientras la noche callada avanza tu amor me rodea con tus ansias.
Quiero estar siempre allí cerca de tu almohada mientras sueñas.
Me buscas en luna llena y extiendes tus cabellos con aroma de acacia.
Y alegre sonríes mientras te guardo en mi corazón como mi dueña.

Te acompañaré siempre allí en tu lecho para sentirte la mas bella.
Tu, mi mujer que me conquistaste un día con tu fervor de azucena.
Y recorres mis caminos mientras yo te rodeo de besos en tu tez serena.

En tu lecho escribiré siempre mis poemas para tu corazón bello.
Para tu cuerpo hermoso que se extiende por continentes risueños.
Para tus manos de seda, para tu sonrisa donde llevas mis versos.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Siento el abrazo que me das.

Siento el abrazo que me das.

Siento el abrazo que me das con el aroma de la primavera. Y el viento me trae tus sueños que me acarician fervientes. Tu perfume inocente lo grabas en mis labios que te besan. Y me nutro de tu sonrisa fresca que el amor me enciende.

Tus manos se deslizan por mi cuello y siento tu dulce aliento. Busco tus brazos de hermosura inigualable para refugiarme. Y sueño con tu lenguaje hermoso y tu feliz oriental acento. Y puedo escuchar tus elegantes pasos perfumando la calle.

Y en las vigilias te beso dulcemente para que no despiertes. Y puedas llevarme para navegar contigo mientras sueñas. Y sentir la majestad de tu amor ferviente en tu corazón alegre.

Busco tu mirada de amor en las titilantes luces de las estrellas. Allí me mandas tu tierno mensaje que me amas para siempre. Allí nos volvemos a encontrar besándonos en las noches bellas.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.