viernes, 30 de noviembre de 2018

Detenías el tiempo en tu paz propia.




Detenías el tiempo en tu paz propia.

Detenías el tiempo en tu paz propia.
Para recordarme feliz a solas.
Tu sonrisa unía todas las cosas.
Para buscarme solo en la aurora.

Y soñar con tu dulce amor que imploras.
Y buscarme en tus fulgentes suspiros.
Junto al paisaje de aroma nativo.
Y en el mismo corredor que lo añoras.

Mientras yo te buscaba en tu perfume.
Y en tus huellas que dejaste en la banca.
Donde me esperabas en cada jornada.
Donde tu voz la dicha hoy la asume.

Hoy te atrae a la casa un solo poema.
Que te hable de tus sentidas esperas.
Que te hable de tu mirada serena.
Y que te diga que siempre me quieras.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

El amor nace del trauma del silencio.



El amor nace del trauma del silencio.

El amor nace del trauma del silencio.
Si la boca calla empieza el poema.
El silencio viste al amor con cielo.
Y la música nace de aromática letra.

La palabra sentida recoge silencios.
Y recoge la esencia de los besos.
Y se eleva en sencillos misterios.
Y permanece en una melodía gimiendo.

Entonces el amor es trauma que cura.
El amor es música que llora cantando.
El amor es peregrina letra esperando.
A la orilla silente del tiempo que se esfuma.

El amor entonces se suspende del verso.
Para hacerse historia cantada que espera.
Para hacerse melodía del alma que lleva.
Silencios y cantos que viven en el beso.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.


El amor nace del trauma del silencio.




El amor nace del trauma del silencio.

El amor nace del trauma del silencio.
Si la boca calla empieza el poema.
El silencio viste al amor con cielo.
Y la música nace de aromática letra.

La palabra sentida recoge silencios.
Y recoge la esencia de los besos.
Y se eleva en sencillos misterios.
Y permanece en una melodía gimiendo.

Entonces el amor es trauma que cura.
El amor es música que llora cantando.
El amor es peregrina letra esperando.
A la orilla silente del tiempo que se esfuma.

El amor entonces se suspende del verso.
Para hacerse historia cantada que espera.
Para hacerse melodía del alma que lleva.
Silencios y cantos que viven en el beso.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Y construyo el amor con tu mirada.



Y construyo el amor con tu mirada.
Camino dentro de tus sueños felices.
Y construyo el amor con tu mirada serena,
Tu sonrisa será el alma para la vida plena
Y tu voz hará milagros de todos los matices.
Vas por la vida como paloma mensajera.
Y me besas y dejas una flor en mi ventana.
Y vuelves a volar con tu gemido en el alma.
Para volver con el canto de la primavera.
Yo voy buscando tu canto peregrino.
Para vivir de tu recuerdo en las playas.
Donde te escribo mis versos cristalinos.
Sólo aspiro que me mires cuando te vayas.
Después de leer mis humildes gemidos.
Diciéndome que me amas aún a la distancia.
Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

martes, 27 de noviembre de 2018

El perfume grácil de tus ensueños.





El perfume grácil de tus ensueños.

El perfume grácil de tus ensueños.
Se dibuja tierno en tu sonrisa.
Y en el brillo dulce de tus pupilas.
Ya me traes tu amor alegre y sereno.

Dibujar yo quiero en tu piel trigueña.
Mis humildes versos con risa y llanto.
Y en tu voz de alondra bella sureña.
Estampar mis besos y se hagan cantos.

Y en tus labios rojos de fina gracia.
Escribir la historia con mis suspiros.
La historia nuestra de nuestro nido.
Y en tu voz risueña hacer mi casa.

Y en el canto azul claro de tus ojos.
Navegar por siempre y decir te amo.
Y poder cifrar en mi sincero lloro.
En sensibles letras tu nombre casto.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Hoy te vuelvo a ver.




Hoy te vuelvo a ver mujer hermosa.

Hoy te vuelvo a ver mujer hermosa.
Te he buscado siempre en mi silencio.
Con dolor dulce en mi alma de versos.
Y mi tiempo amigo me une a tu sombra.

En los sueños cuando sufres te busco.
Y te muestro mi alma donde tu habitas.
Y podemos juntos unir las vidas.
En eterno instante y en un segundo.

Creo he podido unir tu dolor y el mío.
Y soñar poder besarnos por siempre.
Y poder tocar tus manos que admiro.
Y poder besar tu sensible frente.

Tu silencio creó un nuevo lenguaje.
Un lenguaje más allá de las frases.
Tu lenguaje secreto es de imágenes.
Donde dibujas tu sonrisa de ángel.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

lunes, 26 de noviembre de 2018

El perfume grácil de tus ensueños.




El perfume grácil de tus ensueños.

El perfume grácil de tus ensueños.
Se dibuja tierno en tu sonrisa.
Y en el brillo dulce de tus pupilas.
Ya me traes tu amor alegre y sereno.

Dibujar yo quiero en tu piel trigueña.
Mis humildes versos con risa y llanto.
Y en tu voz de alondra bella sureña.
Estampar mis besos y se hagan cantos.

Y en tus labios rojos de fina gracia.
Escribir la historia con mis suspiros.
La historia nuestra de nuestro nido.
Y en tu voz risueña hacer mi casa.

Y en el canto azul claro de tus ojos.
Navegar por siempre y decir te amo.
Y poder cifrar en mi sincero lloro.
En sensibles letras tu nombre casto.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Sanjuanito a la mujer quiteña.



Sanjuanito a la mujer quiteña.

Tu nostalgia la amo eternamente.
Que me lleva unido a tu sonrisa.
Y me liga firme a tu armonía.
Y a tu voz dulce que es mi buena suerte.

Y es tu amor dulzura pura y quiteña.
Dibujada en mí corazón que te ama.
Con aroma santo de noble casta.
Con clamor eterno de tu voz risueña.

Tus palabras viven en mí por siempre.
Con suspiros tuyos que me dejaste.
Con tu gracia amable que me ligaste.
A tu bella senda tierna inocente.

En tu amor yo vivo como en el cielo.
Esperando verte a cada instante.
Esperando ansioso dulce misterio.
De amarnos fieles por siempre amantes.


Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

El silencio.




El silencio.

El silencio me trae tus ojos y tus cabellos.
Todo tu amor con tu perfume me rodea.
Y me abraza tu respirar y tu aliento.
Y en cada nube te veo con tu hermosa silueta.

Siento tu pecho palpitar junto al mío.
Y busco tus palabras en mi memoria.
Eres el principio dulce de mi historia.
Que la escribes con tus manos y gemidos.

Tus labios me tocan suavemente en la noche.
Y tus manos rodean mi pecho galopante.
Me estremezco cuando me cantas y luego te escondes.

Juegas como niña inocente a cada instante.
Y me regalas leyendas de príncipes y condes.
Y me vistes con tus ojos de príncipe azul radiante.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

sábado, 24 de noviembre de 2018

Pongo un beso en tu alma y en tus pensamientos.






Pongo un beso en tu alma y en tus pensamientos.

Pongo un beso en tu alma y en tus pensamientos.
Y recojo las imágenes de tu voz en aromas risueños.
Una rosa en tus manos me expresa tu amor intenso.
Como una canción que ora construyendo sueños.

Cada palabra tuya tiene el matiz de aromático rezo.
Donde se palpa tu corazón con tu musical dulzura.
Saber que te conectas de la forma más dulce y pura.
Regalándome tu amor con tu inocente sentimiento.

Me señalas el camino del amor con mensajes discretos.
Y entre flores y paisajes y pinturas y calles te encuentro.
Y te beso en el umbral de mi puerta de amor gimiendo.

Me regalas el mundo con todos los matices buenos.
Y en cada horizonte del mar me escribes tus versos.
Y en cada pequeña flor cifras nuestro amor secreto.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Hoy te vuelvo a ver.




Hoy te vuelvo a ver mujer hermosa.
Hoy te vuelvo a ver mujer hermosa.
Te he buscado siempre en mi silencio.
Con dolor dulce en mi alma de versos.
Y mi tiempo amigo me une a tu sombra.
En los sueños cuando sufres te busco.
Y te muestro mi alma donde tu habitas.
Y podemos juntos unir las vidas.
En eterno instante y en un segundo.
Creo he podido unir tu dolor y el mío.
Y soñar poder besarnos por siempre.
Y poder tocar tus manos que admiro.
Y poder besar tu sensible frente.
Tu silencio creó un nuevo lenguaje.
Un lenguaje más allá de las frases.
Tu lenguaje secreto es de imágenes.
Donde dibujas tu sonrisa de ángel.
Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Te hallaré en los zapatos que dejas.




Te hallaré en los zapatos que dejas.

Te hallaré en los zapatos que dejas,
Mientras duermes y sueñas dulcemente.
Y podré leer tus sentimientos mientras,
Un rato me buscaste en pies silentes.

Y tus ojos miran a las ventanas,
Buscando una palabra que nos una
Y a ese aroma de olorosa malva;
Que en tu corazón inocente alumbra.

Te buscaré en tus huellas sencillas.
Que dejan tus pies sensibles y bellos
Cuando de noche me buscas en puntillas.
Encontrando mi nombre en tu pañuelo.

Te buscaré en tu almohada de lágrimas.
Cuando me unes a tus labios perplejos
Y a tu vientre tembloroso que exhala.
Pasión sentida en medio del misterio.



Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Quiero dibujar en tus sueños.



Quiero dibujar en tus sueños.

Quiero dibujar en tus sueños los paisajes mas bellos.
Y despertar en tu pecho la alegría mas sublime.
Quiero que mi canto en tu corazón puro se afirme.
Como el mar se une en el horizonte hecho destellos.

Quiero recorrer tus momentos mas felices y tiernos.
Quiero encontrar una palabra que te haga feliz y sonrías.
Y buscar los colores y matices para pintarte melodías.
Donde puedas recordar el camino del amor en tu cielo.

Quiero ser el obrero de tu castillo entre montañas y lagos.
Donde todos los aromas de las plantas te dibujen horizontes.
Donde el calor de tu hogar se vuelva mensajero de milagros.

Quiero ser el gitano peregrino que te busca senderos.
Donde puedas comenzar feliz nuevamente tu historia.
Y así, realizar el mas bello sueño de amor en tu pecho.


Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Una vez miré a una mujer hermosa.




Una vez miré a una mujer hermosa.

Una vez miré a una mujer hermosa y dulce en el Asia.
Llevaba matices de amor y dolor de todas las razas.
Su voz sentía todo el amor a pesar de la distancia.
Y me decía siempre que no sabía porqué me amaba.

Creo llegué a tocarle sus dedos y me dijo te quiero.
Casi no conversó mucho conmigo mas sentía su aliento.
Olía a romero y limonero mientras la miraba en el puerto.
En ese tiempo yo iba en barco a su hermoso pueblo.

Ella después hizo una novela de nuestro callado encuentro.
En ella dice que sintió el amor más puro para sus recuerdos.
Y vive recordando momentos bellos y besándome en silencio.

Jamás se despidió mas llevaba en su cuaderno mis versos.
No sé si la vuelva encontrar espero su carta en el correo.
Mas ella sabe que la quiero y me piensa amar desde lejos.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Te recuerdo con mucho amor.




Te recuerdo con mucho amor.

Te recuerdo con mucho amor y puedo escuchar tu voz en la noche.
Puedo alcanzar tu perfume para no olvidarte en medio del tiempo.
Puedo besar tus manos que se perfuman del silencio y de recuerdos.
Y puedo buscar la huella de voz clara cuando pronuncias mi nombre.

Hoy te buscaré más que nunca en medio de los recuerdos gratos.
Y podré edificar las ilusiones que abren nuevos caminos felices.
Te buscaré en el viento que lleva los mensajes en tus manos.
Y seré feliz al contemplar tu sonrisa nuevamente sin cicatrices.

Buscaré tu huella dulce en los países para cantarte en las tardes.
Y poder dibujar la alegría del amor en los mas hermosos paisajes.
Y así volver a encender la llama del amor con tu preciosa imagen.

Buscaré tu sonrisa inocente en los libros que leías cuando niña.
Para volver a contemplar el milagro del amor cuando crecías.
Y así rescatar la melodía del amor que nació entre los dos un día.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Sanjuanito a la mujer quiteña.





Sanjuanito a la mujer quiteña.

Tu nostalgia la amo eternamente.
Que me lleva unido a tu sonrisa.
Y me liga firme a tu armonía.
Y a tu voz dulce que es mi buena suerte.

Y es tu amor dulzura pura y quiteña.
Dibujada en mí corazón que te ama.
Con aroma santo de noble casta.
Con clamor eterno de tu voz risueña.

Tus palabras viven en mí por siempre.
Con suspiros tuyos que me dejaste.
Con tu gracia amable que me ligaste.
A tu bella senda tierna inocente.

En tu amor yo vivo como en el cielo.
Esperando verte a cada instante.
Esperando ansioso dulce misterio.
De amarnos fieles por siempre amantes.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.


A la mujer de la dulce mirada.



A la mujer de la dulce mirada.

Dirigiste solo una mirada.
Y abrazaste todo mi sentimiento.
Me entregaste tu alma y tu cuerpo.
Con tu voz sincera tierna con gracia.

Tu belleza siempre está en fiesta.
Y me besas siempre cuando me miras.
Y tu pecho acoge poesías mías.
Y yo dibujo atento tus manos bellas.

Y recorres patios y los jardines.
Con tu aroma gentil dulce de virgen.
A encontrar el sitio donde te dije.
Que te amaba siempre fiel y sin límites.

Buscaré tu rostro bello en tu pueblo.
Y en el aula amada de la maestría.
Buscaré tu voz amable en el silencio.
Y seré feliz cuando ya seas mía.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.