Detenías el tiempo en tu paz propia.
Detenías el tiempo en tu paz propia.
Para recordarme feliz a solas.
Tu sonrisa unía todas las cosas.
Para buscarme solo en la aurora.
Y soñar con tu dulce amor que imploras.
Y buscarme en tus fulgentes suspiros.
Junto al paisaje de aroma nativo.
Y en el mismo corredor que lo añoras.
Mientras yo te buscaba en tu perfume.
Y en tus huellas que dejaste en la banca.
Donde me esperabas en cada jornada.
Donde tu voz la dicha hoy la asume.
Hoy te atrae a la casa un solo poema.
Que te hable de tus sentidas esperas.
Que te hable de tu mirada serena.
Y que te diga que siempre me quieras.
Robert Aníbal Sánchez Fajardo.