miércoles, 28 de julio de 2021

Son memorias frescas.

 

Son memorias frescas.

 

Tus floreros dulces de girasoles.  

Son lenguaje ignoto de tus rituales.

Son memorias frescas que son actuales.

Que por siempre brillan y son faroles.

 

Y en cadencia libre van dibujando.

Las venturas calmas que te prodiguen.

Los recuerdos tiernos que te persiguen.

Y el matiz silente que vas  amando.

 

Y en reflejo y sombra de los colores.

En el tiempo vierten tus confesiones.

Y en ocasos bellos de tus visiones.

Te reclaman dichas que son fulgores.

 

Van tus quejas tiernas de tus amores.

En los tintes firmes que puntualizan.

Las escalas dulces que inmortalizan.

Alegrías hondas en tus albores.

 

Y tus manos tiernas los benefician

Y con rezos francos les vas diciendo.

Que te amaron tantos que van sufriendo.

Y dejaron ecos que te acarician.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

 

Y sonrisas viertes.

 

Y sonrisas viertes.

 

Al compás del canto fiel y silvestre.

Tu cadencia atisbo que es muy sencilla.

Tu mensaje beso que es maravilla.

Que transforma en dulce lo que es agreste.

 

Y en sencillas hierbas de la pradera.

Van tus huellas tiernas de gran princesa.

Van gemidos tuyos con la sorpresa.

De sentir tu mundo en primavera.

 

Y atraviesas cantos y continentes.

Con nativo aroma que ya lo acoges.

Con rocío nuevo que lo recoges.

Con leyendas gratas que son fervientes.

 

Y sonrisas viertes en las praderas.

Y dibujas sueños en el paisaje.

Y en las flores dejas un homenaje.

Con sentido dulce en las esperas.

 

Y tu canto brilla en lejanías.

Y suspiras siempre felicidades.

Y realizas sueños de mil edades.

Y ya creas cielos con melodías.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

Y te atisbo siempre.

 

Y te atisbo siempre.

 

Soy mendigo grato y muy constante.

De migajas dulces de tu mirada.

Que en fugaces brillos de ser amada.

Das sonrientes gestos a tu semblante.

 

Y yo vivo alegre en tus pupilas.

Recorriendo dichas muy peregrinas.

Y nostalgias tuyas que son marinas.

Con felices lloros que vos destilas.

 

Y te atisbo siempre en el sendero.

Que proyecta dulce ya tu silueta.

Que anticipa sueños y te interpreta.

El sonriente canto con que te espero.

 

Y en el golpe agreste en oleajes.

Con espumas fieles vas estampada.

Y en tribales ritmos armonizada.

Y en palmeras finas vas en tatuajes.

 

Y en espejos brillas en arenales.

Y me dejas huellas de tu presencia.

Y te canto lejos en tu ausencia.

Y procuro verte en carnavales.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

 

Al ocaso lento.

 

Al ocaso lento.

 

Y tus labios finos musicalizan.

La nostalgia y gracia que purificas.

Con tu ritmo innato que dulcificas.

Con el gesto y besos que te eternizan.

 

Y tus brazos vibran y son sensibles.

Al ocaso lento de atardeceres.

A los sueños vivos que vos prefieres.

A las frescas notas muy apacibles.

 

Y tus manos fieles van dibujando.

Horizontes nuevos en las esperas.

Pincelando dichas que son sinceras.

Y ablandando penas que vas fumando.

 

Diminutos barcos que ya divisas.

Van llevando cartas  imaginarias.

Van llorando gotas humanitarias.

De tus ojos fuentes que poetisas.

 

Y la noche atisba tus ansiedades.

Y te arropa estrellas que te reflejan.

Y te brinda lunas que te festejan.

Con los vinos tintos de inmensidades.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

 

 

Al risueño puerto.

 

Al risueño puerto.

 

Y me traes cantos de miel morisca.

Con tropel de ritmos de los desiertos.

Con nostalgias dulces que son conciertos.

Que proyectas siempre en la arenisca.

 

Tu sonrisa virgen ya se acompasa.

Con miradas sabias que me diriges.

Con pupilas libres con que me eliges.

Con tu piel trigueña que me traspasa.

 

Y en gemir de cantos que van lejanos.

Te imagino ágil en primavera.

Con el pecho frágil de fiel bandera.

Con el canto dulce que va en tus manos.

 

Y en aromas buscas y rememoras.

El momento dulce de cercanía.

El recuerdo grato que nos unía.

Al risueño puerto de las auroras.

 

Y tus gestos llevan las expresiones.

De lecturas nuevas con esperanza.

De presagios ciertos de la añoranza.

De volver al cielo de tus regiones.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.