lunes, 26 de abril de 2021

Tu clamor lejano.

 

Tu clamor lejano.

 

En tu grácil pecho vas destilando.

Amoroso néctar que ya te embriaga.

Y en el eco guardas y se propaga.

La canción que une y vas cantando.

 

Y tu gesto amable te identifica.

Y me brindas frases con tu aroma.

Y comprimes tiempo que fiel se asoma.

Al futuro sueño el que unifica.

 

Y tus labios besan con los cantares.

Que amorosos viertes en soledades.

Tu clamor lejano en ansiedades.

Ya me llega grato con sol y mares.

 

Y un pequeño atisbo de tu mirada.

Me construye siglos con tu fragancia

Me dibuja el cielo a la distancia.

Y el sentido canto de tu llamada.

 

Y un instante buscas en un abrazo.

Y me ligas fuerte con humildades.

Y en el trato amable con tus bondades.

Me acaricias siempre en tu regazo.

 

Y en el leve gesto de tus clamores.

Va el risueño verso que me estremece.

Va el sentido beso que ya florece.

Con tu tierna dicha de tus amores.

 

Y rescato el tiempo de tus palabras.

Y las guardo fieles en un instante.

Y recorro bosques de voz danzante.

A grabar las letras que bien me labras.

 

Con tus manos bellas me das mensajes.

Con tus ojos dulces me das abrigo.

Y tu voz sonora yo la consigo.

En torrente virgen de los parajes.

 

Me refugio siempre en intenciones.

Que proyectas tierna en tus gemires.

Y eternizas dichas que las suspires.

Al compás amante con emociones.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 


Y en arena escribo.

 

Y en arena escribo.

 

Son tus manos alas de mis ensueños.

Y planicies justas de las leyendas.

Y poemas gratos que en mar extiendas.

Al pulsar mensajes que son risueños.

 

Y en remansos miro ya reflejadas.

Las delicias puras de tu sonrisa.

Que señala rutas que en mar divisa.

La gaviota libre en madrugadas.

 

Y silencio abrazas que va en tus manos.

Y atesoras brisas que van gimiendo.

Y decoras palmas que van sufriendo.

Soledades hondas de sus arcanos.

 

Y en arena escribo y por la orilla.

Un sereno verso de marinero.

En secreto ritmo de fiel remero.

Que te espera siempre con voz sencilla.

 

Y en tus dedos calzo ya los anillos.

Que me ligan libre a tu añoranza.

Que me sellan firme a tu confianza. 

Y a tus besos plenos que son sencillos.

 

Y caminas sola por las arenas.

Esperando el verso que va en el barco.

Esperando cartas que yo remarco.

Con mi sello amable y con mis penas.

 

Y te encuentro esbelta en las palmeras.

Y mi aliento llega y va primero.

A besar tus huellas en tu lindero.

Que demarcas siempre en tus esperas.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

Al susurro grácil.

 

Al susurro grácil.

 

Y te extraño siempre y me conectas.

Al instante dulce de los acentos.

De tu voz que llora en los momentos.

De añoranzas libres que son perfectas.

 

Y caricia dulce son tus fonemas.

Que reflejan todos tus atractivos.

Tu inocencia fresca y los motivos.

Del sentir sincero que son emblemas.

 

Al susurro grácil que te embellece.

El amor se afirma y es invencible.

Y ni el tiempo vence que es intangible.

Al cariño tuyo que permanece.

 

Te dibujo en tarde muy apacible.

Y tu imagen bella va en fragancias.

Y en palmeras queda con elegancias.

Tu silueta noble que es muy sensible.

 

Y te evoco en cantos que dan sosiego.

Y en la paz te nombro y fiel te llamo.

Y tu voz me llega y te declamo.

Un pequeño verso que lo despliego.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

miércoles, 21 de abril de 2021

Y radiante cruzas.

 


Y radiante cruzas.

 

Y silencios hondos nos separaban.

Mas allí estaba tu fe y sonrisa.

En sendero verde de piel sumisa.

De las cañas gratas que nos ligaban.

 

Y radiante cruzas con tu fiel coche.

En el valle alegre que va festivo.

Y en tu pecho brilla son sensitivo.

De tambores afro en la gran noche.

 

Y un idilio surge con un delirio.

En calor valluno y de espejismos.

Y la brisa avisa de los abismos.

En partida tuya y del martirio.

 

Y en países frescos vas recordando.

El bullicio y fiesta de los ingenios.

El palmar que llora por los milenios.

Y un amor que crece y va esperando.

 

Y tu tiempo pasa y se estaciona.

En tu pecho augusto de ser princesa.

Y ya buscas calma y que no cesa.

De volver al valle que te emociona.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 


Y en las hojas verdes.

 

Y en las hojas verdes.

 

Un sinsonte canta interpretando.

Un mensaje libre que va en su pecho.

Y lo escribe en eco que va en helecho.

Y su silbo eterno se va grabando.

 

Y en el canto cuenta de primaveras.

De añoranzas tiernas en la espesura.

Del dolor ignoto que se presura.

A buscar el signo de las esperas.

 

Y en las hojas verdes de la llanura.

La leyenda surge y se conecta.

Al hermoso río de voz perfecta.

Y a la aurora dulce de la ventura.

 

Y de rama en rama van los clamores.

Del cantor que sufre por su amada.

Del juglar que gime en su tonada.

Las sensibles penas de sus dolores.

 

Y un pequeño nido va construyendo.

En nogales altos de la arboleda.

Con el lirio casto de la alameda.

Con el himno dulce que va sintiendo.

 

Y un feliz encuentro ya se realiza.

En el bosque bello que es un encanto.

Con el dulce sueño que va muy santo.

Que recrea dichas que el sol desliza.

 

Y en la historia queda un fiel romance.

Que sonrisas tiernas lo despertaron.

Que las ramas bellas lo acariciaron.

Que fulgentes flores ya dan su avance.

 

Y el sinsonte humilde ya se complace.

Con las notas claras a la distancia.

Con el arpa noble de la constancia.

Con su voz nativa del fiel enlace.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

 

 


lunes, 12 de abril de 2021

Germinando dichas.

 


Germinando dichas.

 

Y al ocaso brillas en mar cubano.

Vos gitana libre de despedidas.

Con mirar profundo y sin medidas

En silencio esperas a tu escribano.

 

Soy juglar cantante de tu destino.

Soy pintor novato de tu semblante.

Soy profeta humilde y soy tu amante.

Y el poeta ignoto que te ilumino.

 

Descifrando aromas de porvenires.

Establezco el rumbo de tus ensueños.

Y en tus manos leo los halagüeños

Tus rituales gratos de tus sentires.

 

Y te quedas quieta en las orillas.

De los mares verdes y de universos.

Esperando el canto que va en mis versos.

Atisbando flores tus amarillas.

 

Y te escondes cauta en los palmares.

Germinando dichas que son queridas.

Saboreando tiempos de tus sentidas.

De nostalgias hondas y tus pesares.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 


miércoles, 7 de abril de 2021

A los aserradores.

 

A los aserradores de pino colombiano de Colón.

 

Y la vida hermosa con su cadencia.

Va llamado gente al aserrío.

Va atrayendo manos de sol y río.

A la historia grande de la paciencia.

 

Y por trocha agreste se da el camino.

A valientes santos que son futuro.

De luciente lucha en sol seguro.

A pulir madera que es su destino.

 

Y buscando pinos van ya cantando.

Y semillas riegan en la pradera

Y ya mientras sacan la fiel madera.

Un gran bosque crece que va brotando.

 

Campamento erigen en primavera.

Y se forma bello el buen paisaje.

Y en el pino escriben de su linaje.

Y belleza brota con voz sincera.

 

Y vitrola llevan de tocadiscos.

Y la fiesta nace con son de avance.

Y en la fresca sombra va el romance.

Y el recuerdo queda con luz en riscos.

 

Y el trabajo dura ya por cien años. 

Se abandona el sitio de la vitrola.

Y se queda triste y va muy sola.

Con el canto grato de los antaños.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

A tu florero.

 

A tu florero.

 

Y colocas flores en el florero.

Con tu esencia bella que vos le estampas.

Y sensibles siglos en él escampas.

Del fustigo y lluvia que da el sendero.

 

Y el florero cuenta de tus vigilias.

De la senda noble de tus sentires.

De tus besos castos y tus gemires.

De tu historia grata y tus familias.

 

Diminutas flores vos acaricias.

Y en sus hojas grabas los calendarios.

Y silencios marcan y abecedarios.

De recuerdos claros de tus delicias.

 

Y en el tiempo flotan y son mercedes.

De la ronda libre de tus poemas.

Del sensible canto y tus emblemas.

Que resumen dichas que vos concedes.

 

Y las flores lanzan en sus aromas.

Tus ensueños dulces y peregrinos.

Con latir testigo de tus caminos.

Y pregón sencillo de las palomas.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.