miércoles, 30 de junio de 2021

Y te sigue el canto.

 

Y te sigue el ritmo.

 

Musicales lluvias de los compases.

De fervientes sones ya te encaminan.

Y te mueven ágil y te iluminan.

Los sonoros cantos que vos amases.

 

Y tonada grata va pincelando.

Tus recuerdos dulces en sol granate.

Y en sensible ocaso de chocolate. 

Van tus quejas tiernas ya reflejando.

 

Y un café templa tus inquietudes.

Y un tabaco suelta tus emociones.

Y en la espera miras las confesiones.

Que el silencio trae de multitudes.

 

Y te sigue el ritmo que ya te encanta.

Y en celeste techo de libertades.

Verbalizas todas las orfandades.

Y ya acortas tiempo que se agiganta.

 

Y resumes dichas y las venturas.

Con nostalgias hondas ya bendecidas.

Y las dulces penas son bienvenidas. 

Con miradas tiernas que son frescuras.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

                                 

 

De liturgia verde.

 

De liturgia verde.

 

El volar de garzas muy blanquecinas.

Es volar de cartas con el aliento.

En el fresco valle con ornamento.

De liturgia verde que te imaginas.

 

Y en los plenos soles y atardeceres.

Van tus cartas garzas de pergamino.

Que en victoria vuelan en vespertino.

En clamor silente de un si me quieres.

 

Y un matiz de vida que se despliega.

Va avanzando lento y va en suspenso.

Y resume el verso que va ya intenso.

Y en aromas tenues ya se sosiega.

 

Y en el silbo fino que da el paisaje.

Un camino anuncia y va seguro.

Y en reflejo leve yo ya te auguro.

Un encuentro alegre en tu buen viaje.

 

Y la tarde sigue y se matiza.

Con sorpresas gratas que son sensibles.

Con dilectos cantos muy apacibles.

Y nostalgias tuyas que sintoniza.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

Y aceptas todo.

 

Y aceptas todo.

 

Y tu voz sensible de colegiala.

Peregrina cielos y ventanales.

Y se escucha lejos en los trigales.

Y se vuelve canto que al sol escala.

 

Y tu cuerpo avanza en callejuelas.

Y tus brazos pulsan eternidades.

Y tus labios besan las soledades.

Y tu paso suelta las castañuelas.

 

Tu inocencia espera en tu mirada.

Y sensibles mundos su paz refleja.

Y ya aceptas todo y vas perpleja.

Y al sentirte amada vas resignada.

 

Y sonrisas tenues ya te definen.

Y te sientes joven muy atractiva.

Y ya besas todo muy emotiva.

Y recoges tiempos que te encaminen.

 

Vas dejando ensueños en los aromas.

De pequeñas flores que te acompañan.

Vas dejando espacios que hoy te extrañan.

Vas buscando un canto que hoy retomas.   

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.                            

 

 

En costura humilde.

 

En costura humilde.

 

La estrellada noche va sosteniendo.

Los matices claros de tu añoranza.

Y la noche templa la contradanza.

De plegarias hondas que vas sintiendo.

 

La tonada luce en los luceros.

Que fervientes corren a refugiarte.

Y con ritmos plenos por agradarte.

Van pulsando el arpa de los viajeros.

 

Tu mirada avanza en plenilunio.

Y la noche rima tu fiel gemido.

Y desata voces en son querido.

Con ferviente verso de tu fortunio. 

 

Y la dulce noche ya va tejiendo.

En costura humilde de telaraña.

La constante dicha que te acompaña.

Con el canto suave que vas luciendo.

 

Y silbando el viento que es mensajero.

Te resume sendas y profecías.

Y te lanza versos y poesías.

En aroma fresco de limonero.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

Los silencios besa.

 

Los silencios besa.

 

Y en susurro grato tu voz proclama.

La oración buscada que es fe al alcance.

La pasión que esperas y ya se afiance.

En clamor que lanzas y me reclama.

 

Y ya copian ecos tu voz hidalga.

La palmera grácil que es sensitiva.

La ferviente playa que es emotiva.

Y el rocío donde el sol cabalga.

 

Y en profundas sombras ya vespertinas.

Tus pupilas brillan y vas pintando.

Con mirada suave que va besando.

Tu gemir que copian las golondrinas.

 

Tu mirada biblia de añoranzas.

Los silencios besa inolvidables.

Y tu estampa queda en los amables.

En instantes gratos y de esperanzas.

 

Tus lucientes labios van arrullando.

El momento dulce que te define.

El amor eterno que ya se incline.

Al recuerdo grácil que vas amando.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

 

En zigzag piadoso.

 

Y en zigzag piadoso.

 

Y en tu danza andante ya vespertina.

Con soltura avanzas inigualable.

Irradiando dicha insospechable.

Al compás del paso con que te afina.

 

Y te miro hermosa por los centrales.

Con tu andar alegre de ser cubana.

Con el son vibrante de la sabana.

Con aroma y canto de los cañales.

 

Y en zigzag piadoso y vibrantino.

Te acompasan ritmos muy ancestrales.

Te rescatan tonos muy regionales.

Te acompaña un brillo de sol divino.

 

Y en murmullo suave tu voz musita.

La tonada dulce del fiel romance.

La canción soñada miel de tu trance.

Y el clamor sincero que resucita.

 

Y en el eco dejas ya la promesa.

De buscar la senda que te encamine.

A la fuente fresca y te ilumine.

A encontrar el sino que te interesa.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

 

 

Elegido arcano.

 

Elegido arcano.

 

En el mar abierto y en los corales.

Vas uniendo dichas que vos amaste.

A la estrella inquieta que rescataste.

Y que porta signos sentimentales.

 

Y en pequeñas islas y muy remotas.

Vas buscando signos que te desvelan.

Vas buscando sones que te consuelan.

Y les buscas rumbos a las gaviotas.

 

Y en palmeras dejas la fiel respuesta.

Suspendida en hojas que son banderas.

Y que dice todo de las esperas.

Que la vida plena es gran apuesta.

 

Y el milagro avanza en arenales.

Y los sueños cumplen su derrotero.

Y los hechos nacen en el sendero.

Si los viste siempre originales.

 

Y defines todo con la estrella.

Que destino marca en arrecifes.

Que venturas graba en los esquifes.

Y que rutas vierte con la centella.

 

Ser feliz es algo y de antemano.

Elegido arcano que lo escogemos.

Es el sueño amado que protegemos.

Es la gracia eterna del ser humano.

 

Y regresas grácil y vas al puerto.

Y me esperas cerca de los salares.

Y por cada grano que modelares.

Ya la fe florece y no hay desierto.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

 

Y tus manos suaves.

 

Y tus manos suaves.

 

Sois mujer que llega con voz amable.

Con el canto dulce de acercamiento.

Y proyectas dichas que son mi aliento.

Y tu amor discreto es admirable.

 

Y acaricias todos mis sufrimientos.

Y tus manos suaves ya me sumergen.

En felices mundos que ya convergen. 

En tu dulce trato y tus momentos.

 

Y en silencio quieres y sin reclamos.

Y te juegas mundos y los sorteas.

Por amarme siempre y me deseas.

En amor secreto que profesamos.

 

Tu silueta tierna y delicada.

La dibujan cielos muy apacibles.

La proyectan notas que son sensibles.

Con clamor sincero de ser amada.

 

Y futuros mundos ya los conduces.

Con tu gracia amante que la proyectas.

Con palabras sabias que son dilectas.

Con tu suave canto que me seduces.

 

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.