Gato sarco que toca piano.

Gato sarco que toca piano.

Gato sarco que tocas piano.

Gato del carnaval de Pasto.

Gato prende la fiesta un rato.

Con tus ojos color chaguaro.

Gato que lloras en un sauce.
Gato unes en los desfiles.
Gato que bailas y seduces.
Gato de amor pido me mires.

Encantas con tu melodía.
Encendiendo la fiesta fugaz.
Señalas el ritmo que guía.
El sonsureño carnaval.

Gato de mi abuela Raquel.
Va Argentina en un papel.
En búsqueda del amor fiel.
En labios de bella mujer.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Quiero acariciar tus manos.

Quiero acariciar tus manos.

Quiero acariciar tus manos puras en la noche nuestra callada.
Y vivir de tu sonrisa unida a tu mirada fiel, inocente y dulce.
Y decirte que te amo cuando con gestos en sueños me llamas.
Y los convertirnos en un canto cuando el amor en secreto nos une.

Quiero volar como ruiseñor a tu paraje humilde de paloma.
Donde guardas delicadamente tu perfume secreto, tu aroma.
Donde está esperándome el amor puro y dulce de tu boca.
Donde sonriente con alegría infantil en tus sueños me evocas.

Todos los idiomas sueñan y buscan estar en tu casto pecho.
Para copiar de tu amor sencillo la dulzura de su encanto.
Y para crear con tu sentimiento cristalino un nuevo universo.

Y poder navegar en la dulzura sensitiva y tierna de tus besos.
Donde nadie puede llegar a ese único ansiado lugar sagrado.
Sólo el que siempre te ha amado fielmente yo tu pobre siervo.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

La canción "Guajquesito".

La canción "Guajquesito" provoca una lluvia.

La canción provoca una lluvia de coloridos diamantes.
Como símbolo gentil de un sentimiento de amor sureño.
Un sentimiento que conquista con la alegría danzante.
Con la humilde alegría de la selva unida al espíritu costeño.

Aquí se une el sonsureño al currulao en místico abrazo.
Cuando dos sones se proponen conquistar corazones.
Y aflora la nostalgia indígena y la plegaria del mulato.
Para crear un nuevo enfoque en sentir nuestras regiones.

Aquí nos unimos todos los colores en el aroma sureño.
Los corazones saltan de alegría al vivir en este paraíso.
En esta morada al sur donde el paisaje es feliz y risueño.

Donde para ser felices todos nos hemos dado permiso.
Donde podemos volver a crear el espíritu de paz, sereno.
Para hacer una nación digna con el clamor del sur mestizo.

Esta canción es de buen gusto.
Y detendrá el fin del mundo.
Y hará nuestro cielo seguro.
En un eterno carnaval pastuso.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Tus labios los siento en mi corazón.

Tus labios los siento en mi corazón.

Tus labios los siento en mi corazón con tu sentimiento de paloma.
Que visita cada noche mis sueños cuando sonriente me anhelas.
Buscas refugio muy cerca de mi lecho y despacito te acuestas.
Y me dibujas con tus bellos dedos el sello del amor en mi boca.

Escribes tu nombre en mi corazón con tu perfume de romero.
Y recorres por mi piel con tu alegría siempre juvenil y valiente.
Mientras tanto yo te dibujo mis versos en tus manos que quiero.
Y te deslizas lentamente sobre mi pecho con tu plegaria inocente.

Te vuelves a enamorar cada día de mis sueños que te siguen.
Y buscas en mis versos las palabras que nos unen eternamente.
Y quieres volver a volar y no puedes y nos unimos y ya no te despides.

Te encuentro cada día en mis versos que dibujan tu silueta.
Y en mis palabras danzas con tus risas y lágrimas discretas.
Y te fundes a mi alma con tus besos que el amor secretan.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Eres la rosa en el jardín del ensueño.

Eres la rosa en el jardín del ensueño.

Eres la rosa en el jardín del ensueño que el amor palpita.
A cada instante pasas por mis recuerdos con tu dulzura.
Te encuentro suspendida en la tarde con tus palabras lindas.
Me seduces con tu belleza de inocente gracia y ternura.

Caminas en mis sueños dibujándome bellos mensajes.
Eres el perfume de amor que se extiende en las tardes.
Que perfuma mi noche y mis sueños para conquistarte.
Y me imprimes tu sonrisa y tu aroma para rescatarme.

Siempre busco tu silueta en el joven tiempo peregrino.
Siento el clamor de tu pecho con gemidos escondidos.
Entre sonrisas y adioses y lágrimas de amor y suspiros.

Te encuentro en cada rosa que palpita la vida sonriente.
Y puedes hacer milagros cuando callas y esperas verme.
Y cuando me besas a la distancia desde otro continente.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

En tu corazón me llevas como un canto.

En tu corazón me llevas como un canto.

En tu corazón soy canto con el que evocas mi presencia.

Llevo en mi corazón tu voz que navega con tu sonrisa.

Tus manos me tocan dulcemente y me dejas tu esencia

En mis palabras te llevo como la paz que me da la vida.

Vivo en tu pecho que me acoge con el amor pleno.
Y en las tardes eres mi hogar y mi fuego sonrientes.
Eres mi suspirar a través de los tiempos  que vienen
Eres el compás de mis versos al compás de tus besos.

Me refugio en tu voz que siempre acariciadora me espera.
Piensa que jamás me olvido de ti, mi tierna y dulce princesa.
Porque tu perfume de amor es mi canto, es mi sello y mi letra.

Tu canto lo llevo siempre como promesa en mi sentimiento.
Te busco en las mañanas y me sonríes con la fe del universo.
Y estás conmigo en todo momento y me uno a ti en el silencio.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

La canción provoca una lluvia.

La canción provoca una lluvia.

La canción provoca una lluvia de coloridos diamantes.

Como símbolo gentil de un sentimiento de amor sureño.

Un sentimiento que conquista con la alegría danzante.

Con la humilde alegría de la selva unida al espíritu costeño.

Aquí se une el sonsureño al currulao en místico abrazo.

Cuando dos sones se proponen conquistar corazones.

Y aflora la nostalgia indígena y la plegaria del mulato.

Para crear un nuevo enfoque en sentir nuestras regiones.

Aquí nos unimos todos los colores en el aroma sureño.

Los corazones saltan de alegría al vivir en este paraíso.

En esta morada al sur donde el paisaje es feliz y risueño.

Donde para ser felices todos nos hemos dado permiso.
Donde podemos volver a crear el espíritu de paz, sereno.
Para hacer una nación digna con el clamor del sur mestizo.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Te llevo en mi suspirar .

Te llevo en mi suspirar.

Te llevo en mi suspirar, eres mi fe a través del tiempo.
Estás en mi sonrisa y en la alegría que por ti siento.
Estás junto a mi en las noches diciéndome, te quiero.
En medio de la noche eres mi refugio el más sincero.

Tu sonrisa crea nuevos caminos con la fe de paloma.
Que vive en la roca y arrulla el amor con su boca.
Y que busca en medio del silencio el amor que evoca,
El instante de unión en el misterio que a los dos nos toca.

Enciendes el fuego sagrado en la escalera del cielo.
Y bendices la tierra cuando nos buscamos inquietos.
Y me llevas de la mano a construir futuros risueños.

Te recuerdo en el descanso y en en medio de las vigilias.
Estás en la cumbre de mi corazón donde has escalado.
Estoy en tu bello corazón cantado el amor que me envías.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Tu mirada me espera.

Tu mirada me espera.

Tu mirada me espera y me llevas en tu canto apacible secreto.
Tocas mi alma con tu dulzura infinita de gentil princesa.
Y dibujas el canto mas bello de amor de tu tierno pecho,
En mi corazón cuando me extrañas y desde lejos me besas.

Con dulces gestos me envías todo tu amor que comprendo de veras.
Me señalas el camino amable mas bello de tus azules sueños.
Mi nombre está en tu pulsera y me cifras en nogales y en las estrellas.
Y me eliges con tu sonrisa como tu siervo y como tu dueño.

Quiero interpretar tu mirada que penetra como rayo en mi alma.
Mi sentimiento de amor avanza hacia ti cuando me miras.
Allí en tus gemidos castos de amor voy en el carro de tus lágrimas.

Y tu perfume de acacia me dibuja la esperanza en tu cielo,
Con colores matizados con tu mirada que me crea senderos.
Voy inscrito en tu silencio musical y en mi silencio te espero.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Tu voz penetra en mi alma.

Tu voz penetra en mi alma.

Tu voz penetra en mi alma con la dulzura de incienso.
Tu voz me llega como un perfume tierno de romero.
Me trae todas las historias de amor de nobles reinos.
Tu voz viaja hacia mi corazón con tu amor eterno.

En tu voz va sostenida a mi alma con tus besos.
Tu voz me acaricia y me regala tu canto, tu eco.
Tu sonrisa me trae perfumes de tiempos serenos.
De rosas y jardines aromáticos de tu dulce pecho.

Buscaré siempre tu voz en los amaneceres risueños.
Buscaré tu sonrisa en el canto y color de tus sueños.
En el festivo horizonte de la esperanza de tus besos.

Siempre te busco en mi pecho y siempre te encuentro.
Eres mi bello poema que navega en mi mar inquieto.
Eres mi religión donde sólo se profesa con tus besos.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.