Presentimiento.
Y tu olor a cedro y a hojas de
libros.
Existieron siempre en tus manillas.
Y jardines libres flores sencillas.
Cultivaste siempre en amarillo.
Te recuerdo desde que era pequeño..
Apareciste dulce desde mi infancia.
Escribirte pude en tu fragancia.
Dibujarte bella en mis ensueños.
Te recuerdo alegre en libros viejos.
Que estuvieron siempre muy bien
guardados.
Hoy, ya puedo verte y sentirme amado.
Tu presencia dulce no estuvo lejos.
Voy hacerte poemas en los geranios.
Con perfume propio de mi estancia.
Con el canto puro de tu elegancia.
Hoy que sueño y beso tu imaginario.
Robert Aníbal Sánchez Fajardo.