El encanto dulce.

El encanto dulce.

Tu semblante fresco ya me emociona.

De inocente calma que me conquista. 

De ardoroso brillo que ya persista.

En dichoso beso que me ilusiona.

Y en silente aliento te comunicas.

En idioma ignoto que se presiente

Y en mirar sereno que es muy ferviente.

Con los gestos gratos que pacificas.

Tu silueta grácil que es atractiva.

De belleza noble ya fiel festeja.

El encanto dulce y que entreteja.

Tu vibrante gracia que es tan festiva.

Y entrelazas sueños con los perfumes.

De paisajes frescos que te sonríen.

Y en la calma agreste que te confíen.

El secreto humilde que vos resumes.

Y en el dulce ambiente la paz esperas.

Y en el bosque escribes con el reflejo.  

De remansos plata que son espejo.

De tu anhelo amado que lo sintieras.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Y te brindan valles.

Y te brindan valles.

Con canela aroma sois caminante.

Y presientes sueños muy placenteros.

Y te afirmas grata a los senderos.

Que te brindan dulces un sol radiante.

Y arrullando tiempos vas a la espera.

De futuros buenos que los previste.

De sorpresas vivas que las sentiste.

En ensueños ciertos de paz sincera.

Y cabalgas nubes muy diamantinas.

Y te brindan valles de mil matices.

Y te acogen vientos que son felices.

Y revives fuentes las cristalinas.

Y te embriagan flores de limoneros.

Con la gracia noble de buen presagio.

Con frescura sabia de un buen adagio.

En la ruta amable de tus esmeros.

Y en la tarde escribes la preferida.

La canción que adorna tus añoranzas.

Que conmueve tierna tus remembranzas.

La que abriga un sueño sin despedida.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.   

                                        

                        

Y en las frescas gotas.

Y en las frescas gotas.

Tu coraje adornas con tu dulzura.

Y al ferviente anhelo le das sentido.

Y tu gesto tierno va complacido.

En la senda grata de tu aventura.

Y edificas sueños en los ocasos.   

Con las nubes vivas en arreboles.

Con matices claros de girasoles.

Y compases fieles que dan tus pasos.

Y entrelazas cantos de manantiales.

Que te copian fieles tus añoranzas.

Y en las frescas gotas van esperanzas.

Que perfilan versos en los corales.

Y en la arena trazas felicidades.

Que la espuma borda estremecida.

Que la brisa aroma sobrecogida.

Que gaviotas vuelan sus libertades.

Y en las olas danzan ya tus llamadas.

Y que en cantos viajan muy peregrinas.

Y que inquietas llevan las golondrinas.

A las playas blancas a ser grabadas.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

                            

Y en las rosas dejas.

Y en las rosas dejas.

Y dibujas cantos que son felices. 

Con la esencia virgen del fiel paisaje.

Con aroma suave de tu paraje.

De sencilla fronda con tus matices. 

Y la historia nuestra ya se eterniza.

En el tiempo grácil que nos acoge.

En el aire tenue que sobrecoge.

Y nos sella un sueño que sintoniza.

Y en aromas frescos ya van descritas.

Tus caricias gratas que son sinceras.

Que deslizan gracias de primaveras.

Que pintaron frases tan infinitas.

Y en las rosas dejas tu fiel aliento.

Que propaga voces de la armonía.

Que recrea valles de fantasía.

Y da senda al verso que yo presiento.

Y encuentras cielos en los senderos.

Y los nuevos mundos en los instantes.

Y tu vida pasa con los radiantes.

Con los ecos dulces de cancioneros.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Con tu aroma grato.

Con tu aroma grato.

Y navegan sueños en tu mirada.

Y leyendas vivas que vas creando.

Universos nuevos que vas pulsando.

Con el ritmo grácil al ser amada.

Y en el verso dulce que lo avizoras.

Entrelazas gozos que los estimas.

Entrelazas sendas que las animas.

Con tu aroma grato que me enamoras.

Y en tus labios viertes las armonías.

Que proyectan tiempos de las caricias.

Y que escriben dichas con las delicias.

De sentires frescos en sincronía.

Y en tus ojos guardas las primaveras.

Que ya pintan dulces tus sensaciones.

Que despiertan besos y las canciones.

Que inocentes nacen y son sinceras.

Y silente buscas amaneceres.

Que te brindan gratas ensoñaciones.

Que te brindan vinos de estaciones.

Con la calma dulce que ya eligieres.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

                                 

El origen tierno

El origen tierno.

Y colmando mundos ya con tu encanto.

Vos recorres sitios de los palmares

Vas llevado aromas de los melares.

En leyenda ignota que va en tu manto.

Con tus ojos bellos vas escribiendo.

El origen tierno de ensoñaciones.

El perfil sensible en emociones.

Del atisbo virgen que vas sintiendo.

Y resumes cantos en un instante.

Que la vida pasa en eslabones.

Cual silvestre río va en pedregones.

Señalando dichas en son danzante.

Y amoroso gesto te identifica.

Al pasar los tiempos que te acarician.

Al soñar anhelos que ya se inician.

Con tu aliento grato que pacifica.

Y un suspiro largo ya te confirma.

El risueño tiempo que sobrevive.

Al compás del gozo que supervive.

En tu canto tierno que en ti se afirma.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

                                           

  

Con el coro dulce.

Con el coro dulce.

Tus pupilas viajan ya en mi pecho.

En sonoro golpe de tamboreo.

En pregón sentido y clamoreo.

En fulgor que vibra y va al acecho.

Me golpeas cantos muy placenteros.

Con el ritmo dulce que te estremece.

Con el gozo eterno que te enternece.

Con el himno dulce de tus senderos.

Y perfilas sueños con tu cadencia.

Con el dulce ritmo de tu añoranza.

Con el coro dulce de tu semblanza.

Con el timbre alegre de tu elocuencia.

Y en sonido acorde ya me conquistas.

Y resumes tonos de tu semblante.

En la escala grácil de fiel amante.

Con las notas gratas que son previstas.

Y en arpegio tierno vas definida.

Con las dichas hondas que vas pulsando.

Con tus gracias francas que vas cantando.

En la dulce noche entretenida.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

En tus manos gratas.

En tus manos gratas.

En sensibles gestos vas expresada.

En el hilo acorde de tu embeleso. 

En tu bella estampa que va en el beso.

Y atractivo gozo de enamorada.

Y en el eco dulce de las comarcas.

Tus suspiros viven en flor inquieta.

Y ya el viento graba en tu silueta.

El paisaje tierno que ya lo abarcas.

Y en tu beso viven mis ilusiones.

Y en tus ojos gimes tus ansiedades.

En tus manos gratas van tus bondades.

Con tu llanto marcas mis emociones.

Tu mirada grácil ya me conduce.

Al silente gozo en tu regazo.  

Al ferviente ritmo de fiel abrazo.

Y al instante tierno que me seduce.

Y en deseo firme de tu llamada.

Va el intenso grito de tus clamores.

Van risueños versos de tus albores.

Va el prudente gesto de enamorada.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Y en el silbo amable.

Y en el silbo amable

Y estampado el valle en tus pupilas.

Vos recoges voces que ya proclaman.

Los matices fieles que te declaman.

Las leyendas gratas que las perfilas.

Y en sonrisas frescas vas enmarcada.

Con el suave canto de la floresta.

Con el silbo amable que ya se orquesta.

En la fronda alegre con tu tonada.

Y el sensible aroma de tu añoranza.

Suspendido vive en tu semblante.

Con el ritmo alegre del sol andante.

Con la nueva fiesta de la esperanza.

Y en tus cartas blancas de fiel novicia.

Muy sensible pintas ya tus sentires.

Y entrelazas sueños de tus gemires.

Con los besos nuevos de tu delicia.

Y en tu libre canto vos ya persigues.

El retorno grácil en emociones.

Del cariño eterno y confesiones.

Que en tu pecho virgen vos ya mitigues.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

Que es clamor secreto.

 Que es clamor secreto.

Y en amor luciente sois curvatura.

Que ya besas tiempos y fantasías.

Que en el suave espacio sois travesías.

Y con cantos gratos sois coyuntura.

En sonrisa acorde con tus sentires.

Y en tus ojos gratos que me recogen.

Van gemidos dulces que ya me acogen.

Y en el dulce aroma que vos suspires.

Y apacible canto tu voz entona.

Que es clamor secreto de la planicie.

Que es murmullo dulce que el sol inicie.

Con el verde campo que te aficiona.

Con miradas besas atardeceres.

Que proclaman gestos de tu sonrisa.

Que te escriben cantos y van de prisa.

A grabar los sueños de tus placeres.

Y resumes dichas en madrigales.

Y te colman gozos de tus recuerdos.

Y les copias versos de tus acuerdos.

A amapolas castas de los trigales.    

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.                                                                

Y decides darte.

Y decides darte.

Y te impregna el valle ya su fragancia.

Y vislumbras flores entretejidas.

Y dibujas palmas estremecidas.

En sereno tiempo de tu constancia.

En silencio miro ya tu añoranza.

Y me brindas dulce tu fiel leyenda.

Y me ligas firme a tu gran senda.

Me regalas siempre luz y confianza.

Tu silencio es fuerza de cercanía.

Tu amorosa prenda de vestidura.

Tu inocencia grata en la aventura.

Que nos liga siempre en armonía.

Y decides darte a la inocencia.

Y a los ecos claros de atardeceres.

Y a la historia viva de amaneceres.

Y al amor sincero con tu presencia.

Y caminas libre ya los senderos.

Con amor intenso que lo liberas.

Con fragante anhelo que lo acogieras.

En tus sueños gratos y placenteros.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.

En la noche virgen.

En la noche virgen.

Y acaricias versos que me despiertas.

En la lluvia suave de tus miradas.

Y eternizas tiempos y temporadas.

Y entrelazas dichas que son muy ciertas.

Y en el brillo dulce de tus pupilas.

Multitud de pueblos ya se encaminan.

Procesión de gracias ya se destinan.

Al placer de noches que son tranquilas.

Y en festejo dulce que lo encaminas.

Van historias vivas que las circundas.

Van luceros castos que los fecundas.

En la noche virgen de tus retinas.

Y el destino brilla en tus senderos.

Con el dulce gesto de tus bondades.

Con la dicha franca de las edades.

Que te mecen gratas en tus linderos.

Y en el canto grácil de tus sentires.

Te dibujan sueños ya los paisajes.

Te recrean versos ya los celajes.

Y te danzan gozos los porvenires.

Robert Aníbal Sánchez Fajardo.