Y es del
Sahara.
La mujer
con ritmo y que estremece.
Del
vecino pueblo y es mi lectora.
Y que
lleva un canto y de la aurora.
Y es
gentil y bella y que agradece.
La miré
hoy cerca y es primavera.
Y es del
Sahara moro y es del desierto.
Su
hablar es canto y es un concierto.
Su
mirada es rezo de la pradera.
Y su
cuerpo atrapa las melodías.
Su
cintura es grácil y acompasada.
Y sus
pasos gracia por ser amada.
Y sus
hombros soles con armonías.
Yo la
miro en sueños y en los reflejos.
De las
hojas verdes de las praderas.
En azules
letras que son sinceras.
En azahares
blancos de sus espejos.
Robert
Aníbal Sánchez Fajardo.
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