Manos de
chocolate.
Y en el
baile grácil vas recordando.
La nativa
senda de la conquista.
El olor a
cedro que nos atisba.
Con el canto
dulce por ti añorado.
Y tus ojos
dicen lo que presientes.
El hermoso
cielo del fiel idilio.
Que nació tan puro con tu cariño.
Y en tus
labios vibra sin fin sonriente.
Con tus
manos tiernas de chocolate.
Vos me
escribes cantos en mi mirada.
Vos me
infundes sueños que ya me atrapan.
En tu
pecho casto que ya me invade.
Y en tu
cuello fino va dibujado.
El
misterio dulce que nos enlaza.
Con la llama
viva de tu palabra.
Con tu
dulce abrigo enamorado.
Robert
Aníbal Sánchez Fajardo.
¡Hermoso!...
ResponderEliminar