Me cuesta imaginarte ausente.
Me cuesta imaginarte ausente
para siempre.
Y saber que tu perfume para
verte me lleva
Recorro los lugares y campos
todos verdes.
Y vuelvo a sentir tu presencia
dulce y bella.
Vuelvo a escuchar del amor las
fieles campanas.
Y tu silueta en la tarde con
los aromas se dibuja.
Vuelves a recoger feliz mis
besos que te buscan.
Vuelves a sonreír con mi voz
que siempre extrañas.
Todo el campo nos cobija con su
canto sincero.
Y volvemos a amarnos entre
estrellas y luceros.
Y volvemos a decirnos
quedamente te quiero.
Nuestras voces se unen en el
místico silencio.
Mientras contemplamos nuestro
azul universo.
Mientras nuestras manos se
besan con los dedos.
Robert Aníbal Sánchez Fajardo.
Precioso poema!...
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